domingo, 13 de septiembre de 2009

La samaritana

Jesús cansado llega al pozo de Jacob, y sentado espera a un alma, a una mujer; me espera a mí en aquella. Dame de beber le dice y me dice, tiene sed de mi entrega total, completa, sin reservar nada, nada debe quedar, que no se lo dé.



Dame Señor de esta agua para que nunca más tenga sed de las cosas materiales. Quiero adorarle en espíritu y en verdad en todas partes y siempre, la carmelita debe vivir siempre con Jesús contemplándole, amándole, e imitándolo.


"¡Qué maravillas de amor no hará Jesús en un alma que se le entrega totalmente. A mi me ha perdonado más que a la Magdalena porque me lo ha perdonado todo. No hay pecado que haya cometido una mujer en el mundo que no lo hubiera cometido yo si Jesús no lo hubiera apartado de mi camino; por tanto debo amarle más hasta la locura, hasta no poder más y, como amar es darse, entregarse, sacrificarse, olvidarse por complacer a aquel a quién se ama, procuraré hacerlo siempre, contando con tu gracia".


Pensamientos de la Madre Concepción

En la foto se la ve de rodillas, como acostumbraba a orar.

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