lunes, 29 de noviembre de 2010

"SALID AL ENCUENTRO DEL SEÑOR QUE VIENE"


           Así que el Adviento es un tiempo de despertar si nos habíamos dormido, de avivar la fe.
Es muy importante sin embargo recordar que éste no es un tiempo de amenazas.
Decimos: “¡Viene el Señor!”

Y algunos parece que lo dicen con espanto, como si viniera el desastre, como si hubiera que esconderse. Es al revés.
¡Viene el Señor, qué alegría! Dios está con nosotros, Dios es el Libertador.

¿Ha tenido usted alguna vez la experiencia de ver amanecer?
Es de noche y está oscuro, pero se adivina ya cierto resplandor más claro...
Viene la luz, viene el sol, y nos sentimos bien, nos sentimos llenos de esperanza.

Éste es el mensaje de Adviento:
“Alégrate, porque llega tu Luz”.

José Enrique Galarreta

sábado, 27 de noviembre de 2010

HAY UNA VOZ QUE GRITA...

Hay una voz que grita en el desierto:
-¡Preparen los caminos al Amor!
porque se acerca el día en que el Señor
visitará la morada de los muertos.


En el páramo resuena la trompeta
que anuncia la venida del que llega
a instaurar en la tierra primaveras
que cumplen la promesa del profeta.


Los montes se inclinan a su paso
y la estepa florece en su presencia
pues el frío doloroso de la ausencia
cede el lugar al fuego sin ocaso.


Llega el Señor que bautiza con su vida
y renueva con su paz los corazones
llega el tiempo en que se cantan las canciones
y el Espíritu se dona sin medida.


Porque alumbra un nuevo sol entre los montes
y una mañana se levanta iluminando
el Universo en su Amor se está quemando
y se enciende de su luz el horizonte.


-Ven pronto Señor, ven te lo ruego!
y enciende el corazón en tus amores
porque reclaman tu paso hasta las flores
que en su color se revisten de tu fuego.


Desconozco el autor

domingo, 21 de noviembre de 2010

SIN PALABRAS, TE INVITO A VERLO...VALE TU TIEMPO

EL MEJOR SERMÓN DEL DÍA



Una mañana de domingo un joven pastorcito estaba mirando a sus ovejas.
Al oír las campanas de la iglesia y ver a la gente caminando por el camino cercano a donde arriaba a sus ovejas, comenzó a pensar que a él también le gustaría comunicarse con Dios.


¿Pero qué puedo decir? pensó.Nunca aprendí ninguna oración. Entonces de rodillas, comenzó a recitar el abecedario: A,B,C, y así hasta llegar a la Z, repitiendo su oración bastantes veces.


Un hombre que pasaba por ahí escuchó la voz de un niño, y al mirar por entre los arbustos vio al jovencito arrodillado, con las manos unidas y los ojos cerrados, diciendo:-J,K,L,M...


-Qué haces, pequeño amigo? -le preguntó al muchacho interrumpiéndole.


-Estaba orando, señor -respondió el niño.-



¿Pero por qué estás recitando el alfabeto? -le dijo el hombre sorprendido

- No sé ninguna oración, señor. Pero quiero que Dios cuide de mí y me ayude a cuidar de mis ovejas. Así que creí que si decía todo lo que sabía, él podría juntar las letras para formar las palabras que quiero y debería decir.

-Dios bendiga tu corazón. Tienes razón. ¡Dios lo hará! -le deseó el hombre sonriendo feliz.


Y se fue 
a la iglesia, sabiendo que ya había escuchado el mejor sermón que pudiese escuchar ese día.


Cada niño trae al mundo el mensaje de que Dios no está aún decepcionado del hombre.
Salmo 8:4,5 ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y honra.


viernes, 12 de noviembre de 2010

LAS PARABOLAS DE JESÚS

Las parábolas constituyen la mejor muestra de la manera de ser de Jesús:
cercano a la gente humilde, atento a sus oyentes, solidario con los pequeños, admirador de la naturaleza, buen conocedor y observador de la vida cotidiana, poseedor de un corazón sensible, de una rica imaginación, de fino humor.

Las parábolas son “acontecimientos de palabra”, hacen que lo narrado acontezca: Dios se hace presente, llama e interpela, consuela y conforta.
El reino de Dios llega al corazón.
Debiéramos contar el evangelio de Jesús de tal modo que se realizara.
Así es como Jesús contaba las parábolas.


José Arregi