domingo, 8 de abril de 2012

JESÚS ES SEÑOR

Di con el corazón: Jesús es Señor.
Di con los labios: Jesús es Señor.
Grábalo en tus entrañas: Jesús es Señor.
Cántalo con tu voz: Jesús es Señor.
Anúncialo a los cuatro vientos: Jesús es Señor.
Pregónalo con fe y gozo: Jesús es Señor.

Jesús es Señor:
antorcha de libertad,
fuente de alegría, viento de paz,
victoria sobre toda muerte,
estandarte en lo más alto de la tierra,
sol en las profundidades de nuestro ser, 
meta de nuestro caminar,
compañero de vida y esperanzas...
que nadie podrá quitar.

Jesús es Señor:
de Él brota la vida,
en Él nuestra esperanza,
con Él todo bien, 
a Él todo nuestro reconocimiento,
para Él nuestra voluntad, por Él nuestra plenitud;
 Él nuestra justicia,
Él nuestra salvación...
que nadie podrá quitar.

Jesús es Señor:
no hay más señores; 
los señores del dinero y de la salud,
de las armas y de las leyes,
del podero y de los negocios,
de la democracia y de la razón de estado,
de la carne y del templo,
todos los príncipes de este mundo,
señores de las tinieblas,
están vencidos.

Jesús es Señor,
el único Señor,
el Crucificado,
el perfumado,
el que deja el sepulcro vacío.
el que nos precede a Galilea,
el que vive y nos hace vivir;
el que nos cura y salva,
el que recrea nuestra esperanza,
ayer, hoy y siempre.

Jesús es mi Señor.
No hay otros señores.
JESÚS ES NUESTRO SEÑOR.


Florentino Ulibarri

domingo, 1 de abril de 2012

DOMINGO DE RAMOS


BREVE HISTORIA


La celebración de este domingo es una apertura a la Semana Santa, fiel a los diversos relatos de la Pasión, cuya memoria se celebra; ya que la Pasión del Señor precisamente comienza con el júbilo y gloria de cuando entró Jesús a Jerusalén entre las aclamaciones del pueblo judío.


La dramatización de esta entrada de Cristo, cuyo rito se halla al inicio de la celebración propia de este domingo tiene su inicio desde muy antiguo en la propia Jerusalén, donde en el siglo IV aproximadamente el Obispo y los monjes de Laura de Pharan invitaban al pueblo a congregarse a determinada hora - cerca de la séptima - en la Iglesia del Monte de los Olivos para partir en procesión hacia la ciudad de Jerusalén y de ahí proseguir hasta la Anástasis. (1)


Con el tiempo esta tradición fue extendiéndose por todo Oriente hasta hallar sus primeras huellas en Occidente con san Isidoro de Sevilla (+ 636) alrededor del siglo VII donde en Roma ya se celebraba una procesión con un modelo semejante al utilizado en Jerusalén conservando la tradición de empezar y terminar la procesión en lugares diversos.


Con el transcurso del tiempo y ante la dificultad que presentaban varias Iglesias particulares de no disponer de dos templos para llevar a cabo la procesión en la forma acostumbrada, surge el rito de la que hoy conocemos, con las modificaciones propias que propone la Liturgia para determinados lugares, llevándose a cabo una entrada solemne o sencilla pero conservando donde fuera posible el rito antiguo de una procesión desde una iglesia menor o en algún otro lugar adecuado.


Los ramos que durante este domingo hacemos bendecir no deben quedar en nuestras casas como un recuerdo bonito del Domingo de Ramos, sino que por el contrario, deben ser una llamada de atención continua sobre nuestro compromiso de seguir a Cristo no sólo en el júbilo, sino también en su dolorosa
Pasión.


(1) - a la Basílica del Santo Sepulcro, de Jerusalén, se la denomina "de la Anástasis". 
       Anástasis (Aναστασις) es un calco de la palabra griega para Resurrección de Cristo.