miércoles, 3 de marzo de 2010

IRRADIANDO A CRISTO



Oh amado Jesús: 

Ayúdame a a esparcir tu fragancia por donde quiera que vaya. 

Inunda mi alma con tu Espíritu y Vida. 
Penetra y posee todo mi ser tan completamente, 
que mi vida entera sea un resplendor de la Tuya. 

Brilla a través de mi y permanece tan dentro de mí, 


que cada alma con que me encuentre... 
pueda sentir Tu presencia en la mía. 

¡Permite que no me vean a mí sino solamente a Jesús! 

Quédate conmigo y empezaré a resplandecer como Tú, 
a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás. 
La luz, oh Jesús, vendrá toda de Tí, 
nada de ella será mía; serás Tú quien resplandezca 
sobre los demás a través de mí. 

Brillando sobre quienes me rodean, 
permíteme alabarte como más te gusta. 

Permíteme predicarte sin predicar, 
no con palabras sino a través de mi ejemplo, 
a través de la fuerza atractiva, 
de la influencia armoniosa de todo lo que haga, 
de la inefable plenitud del amor que 
existe en mí corazón por ti. 

Amén. 


(Oración que rezan las Misioneras de la Caridad, después de la misa de cada día)

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