miércoles, 29 de febrero de 2012



 



 I - EL TRIGO DE LA CASA DEL PAN (BELÉN)

De ignorada semilla,
del primigenio origen,
brotó hacia su destino
de tormenta y bonanza.
¿En qué pan
o en qué inútil abrojo
acabará muriendo?

A Ti, amor,
a Ti, pan de la Vida,
te pido que, otra vez,
como en aquel pesebre,
germine generosa
en tierra de promesas,
y beba en la fontana
de tu costado hendido.

Que maduren al sol
las espigas humildes,
que sean el manjar
del último banquete.

Y cuando llegue el tiempo
de la trilla final,
a Ti, amor,
a Ti, pan de la Vida,
te pido que, otra vez,
como en la Santa Cena,
los granos de su trigo
sean la harina blanca
del pan que Tú conviertes
en carne salvadora.

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