Es hora de salir al balcón de la vida, mirar el horizonte, despertar al alba y sentirse llen@s de alegría. Es hora de asomarse al infinito, de anunciar y cantar, trabajar y proclamar que es posible un mundo nuevo y distinto. Es hora de entrar en la noche sin miedo y ser sus testigos; descubrir su presencia entre nosotr@s fortaleciendo nuestras esperanzas y anhelos. Es hora de romper los esquemas de siempre; de escuchar las palabras del silencio; gustar su presencia callada, confesar la vida, andar por los desiertos y abrir nuevas sendas por donde pueda llegar el Reino. Es hora de iniciar caminos nuevos, arriesgarlo todo, apostar por Dios y su Reino.
Es hora de la Pascua, de Resurrección, de brindar por la Vida Plena que el Señor nos sigue trayendo, para ensanchar nuestro corazón y hacerlo más sensible y más fraterno. AMÉN
Monjas benedictinas de Monserrat
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