domingo, 24 de enero de 2010

TUS PALABRAS SEÑOR SON ESPÍRITU Y VIDA (Salmo 18)


La ley del Señor es perfecta,
no está escrita en las tablas, sino en las entrañas
no se recoge en los códigos, sino en el corazón.
Es descanso del alma,
pero también inquietud
como el amor, no descansa ni se cansa.
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Son vivencias que seducen,
como una luz maravillosa,
como un perfume que embelesa.
La voluntad del Señor es pura.
Y transparente como la nieve y el cristal,
te miras en ella como en un espejo.
Los mandamientos del Señor son verdaderos.
Se funden en el amor y en la verdad, ´
la verdad es amar.
Todos los mandamientos son uno,
amar a Jesús.
Todos los mandamientos se concentran en uno,
vivir como Jesús.
Todos los mandamientos tienen un solo nombre
JESÚS.
Monestir de Sant Benet

domingo, 17 de enero de 2010

EL BUEN VINO


¿Qué puedo yo llevar al Señor?
Como los servidores de Caná, sólo agua, nada más que agua.  Sin embargo, Él quiere toda y precisamente aquélla.
Y cuado las seis tinajas de piedra de mi humanidad sean ofrecidas a Él llenas de pobreza, colmadas de mi humanidad, de la que bien poco tengo que gloriarme, será Él quien convierta esta simple agua en el mejor de los vinos.
Él, el maestro experto en banquetes, que alegra a los pobres.
Un Dios que está de parte del vino, de la fiesta, un Dios feliz que da el placer de existir y de creer.
Yo creo en Dios porque es el Dios de Caná.
Dios feliz que desea la felicidad de sus hijos.

Ermes Ronchi

viernes, 15 de enero de 2010

ORACION POR HAITÍ


María ,
madre mía

en ocasiones como esta,
cuando nos damos cuenta
de que el suelo bajo nuestros pies
no está tan sólido como lo habíamos imaginado,
suplicamos tu protección .
Nos has prometido que nunca nos olvidarás
No nos olvides ahora.
Mucha gente tiene miedos hoy en día.
Esperan en temor al próximo temblor.
Escuchan los gritos de los lastimados en medio de los escombros.
Vagan por las calles en estado de shock a causa de lo que ven. Y llenan el aire polvoriento con gritos de dolor y los nombres de los muertos desaparecidos.
Confórtalos, Madre, en este desastre.
Consuela los corazones de los que lloran y alivia el dolor de los que están al borde de la muerte.
Traspasa, también, nuestros corazones con tu compasión, nosotros, los que miramos desde lejos como los más pobres de este lado de la tierra encuentran sólo miseria tras miseria.
Sacúdenos este día a actuar con presura, a dar cada día con generosidad, a trabajar siempre por la justicia,
y orar sin cesar para aquellos sin esperanza.
Y una vez que los temblores hayan cesado, las imágenes de destrucción hayan dejado de ser noticia, y nuestros pensamientos vuelvan a las preocupaciones de cada día, no olvidemos que somos todos tus hijos,
y ellos, nuestros hermanos y hermanas.

Porque, aunque se muevan las montañas y se destruyan las colinas, tu amor nunca nos abandonará, y tu promesa de paz nunca cambiará.

Bendita seas María, ahora y siempre.

Amén.

Radio María Cordoba Argentina- FM94.5
Colaboración de la Sra. Martha Areta

jueves, 14 de enero de 2010

SOBRE LA ORACION


"Yo creo que son infinitas las maneras de encontrar al Señor en la oración. ¿Se acuerdan que, cuando Santa Teresa habla de sus hijas en las Moradas, les dice: " No os  imaginéis que son éstas solas, sino muchas más"?  Pues eso es lo mismo que decir que hay muchas maneras de encontrar al Señor en la oración.  La cosa es muy clara: el Señor es infinito en sabiduría, el Señor es infinito en poder, el Señor es infnito en amor, y, cuando pone su sabiduría, su poder y su amor al servicio de las almas para que lo encuentren, inventa mil maneras de encontrarle." 

P. Alfonso Torres S.I.
Los valores de la vida contemplativa.
Ej. Espirit. Cerro de los Ángeles (1940)

domingo, 10 de enero de 2010

DE QUE MODO HAY QUE ADORAR A DIOS EN ESPIRITU Y VERDAD


A esto hay que responder tres cosas. Y digo:

1. Que adorar a Dios en espíritu y en verdad quiere decir adorar a Dios como tenemos que adorarlo; Dios es espíritu, y por lo tanto hay que adorarlo en espíritu y en verdad, es decir, mediante una humilde y verdadera adoración de espíritu en el fondo y centro de nuestra alma. Nadie más que Dios puede ver esa adoración, que podemos reiterar tan a menudo que al final se nos hará como natural, y como si Dios fuese uno con nuestra alma y nuestra alma fuese una con Dios: la práctica permite verlo.

2. Adorar a Dios en verdad es reconocerlo como lo que Él es y reconocernos como lo que somos; adorar a Dios en verdad es reconocer verdaderamente, actualmente y en espíritu que Dios es lo que Él es, es decir, infinitamente perfecto, infinitamente digno de adoración, infinitamente alejado del mal, y así sucesivamente con todos los atributos divinos; ¿qué hombre habrá, por poco juicio que tenga, que no emplee todas sus fuerzas en ofrecer todos sus respetos y adoraciones a ese gran Dios?

3. Adorar a Dios en verdad es además reconocer que somos totalmente contrarios a Él, y que Él quiere realmente hacernos semejantes a Él si nosotros queremos ¿quién será tan imprudente de apartarse, siquiera un momento, del respeto, el amor, el servicio y las contínuas adoraciones que le debemos?

Fray Lorenzo de la Resurrección, ocd
La experiencia de la Presencia de Dios


lunes, 4 de enero de 2010

TRATO DE AMISTAD CON DIOS

Debido a que cada hombre es distinto en su ser, en su sentir y en su actuar, el "trato de amistad" va adquiriendo en cada persona novedades y matices originales dentro del más diverso y admirable abanico: según los estados de ánimo, diferencia de edades, ritmos de creciminetos, disposiciones psicosomáticas, humor...
No sólo la oración de cada persona será esencialmente diferenciada, sino que la oración de una misma persona puede ir variando de una época a otra, de un tiempo a otro, incluso de un día para otro. Una será oración de tipo intelectual, otra la oración de un tipo afectivo.
La relación de cada persona con su mundo circundante es diferente. La manera de enfrentar y afrontar el mundo que lo rodea o las personas con quienes trata es diferente en un niño, en un adolescente, en un varón, en una mujer, en un anciano. El encuentro con su mundo circundante es diferente para un áudaz y para un tímido, para un impaciente o para un sosegado. De la misma manera va cambiando el encuentro con Dios.

La madurez no depende de la edad cronológica: un golpe fuerte puede hacer madurar en un instante más que cinco años de vida. La posibilidad de concebir pensamientos más profundos, la estabilidad emocional, la capacidad de decisión y perseverancia dependen de causas desconocidas para nosotros. Todos estos factores influyen decisivamente en la calidad y en la profundidad de la oración.

El fervor juvenil les parece a algunos adultos un puro sentimentalismo. Otros consideran aquel fervor -muerto ya- como la pérdida irreparable de un bello tesoro y lo echan de menos.



El encuentro con Dios, como parte integrante de la vida, irá adaptándose a las disposiciones cambiantes de
la persona.  Como tratar con alguien es vivir, y vivir es adaptarse, el trato de amistad con Dios irá adaptán
dose con dinamismo y flexibilidad a cada persona y sus circunstancias, utilizando alternadamente los medios u obstáculos, entusiamo o aridez, inteligencia o imaginación, la devoción o la fe árida, originando formas nuevas y modalidades inesperadas en cada alma.

El "trato de amistad" puede tener diferentes características:

"Según los temperamentos hasta según los diversos momentos será triste o gozoso, tierno o insensible, silencioso o expansivo, activo o impotente, oración vocal o recogimiento apacible, meditación o simplemente mirada, oración afectiva o impotencia solorosa, elevación de espíritu u opresión de angustia, entusiasmo sublime en medio de la luz o suave abatimiento en la humildad profunda." (P. fray Eugenio del Niño Jesús, ocd)

Ignacio Larrañaga