lunes, 4 de enero de 2010

TRATO DE AMISTAD CON DIOS

Debido a que cada hombre es distinto en su ser, en su sentir y en su actuar, el "trato de amistad" va adquiriendo en cada persona novedades y matices originales dentro del más diverso y admirable abanico: según los estados de ánimo, diferencia de edades, ritmos de creciminetos, disposiciones psicosomáticas, humor...
No sólo la oración de cada persona será esencialmente diferenciada, sino que la oración de una misma persona puede ir variando de una época a otra, de un tiempo a otro, incluso de un día para otro. Una será oración de tipo intelectual, otra la oración de un tipo afectivo.
La relación de cada persona con su mundo circundante es diferente. La manera de enfrentar y afrontar el mundo que lo rodea o las personas con quienes trata es diferente en un niño, en un adolescente, en un varón, en una mujer, en un anciano. El encuentro con su mundo circundante es diferente para un áudaz y para un tímido, para un impaciente o para un sosegado. De la misma manera va cambiando el encuentro con Dios.

La madurez no depende de la edad cronológica: un golpe fuerte puede hacer madurar en un instante más que cinco años de vida. La posibilidad de concebir pensamientos más profundos, la estabilidad emocional, la capacidad de decisión y perseverancia dependen de causas desconocidas para nosotros. Todos estos factores influyen decisivamente en la calidad y en la profundidad de la oración.

El fervor juvenil les parece a algunos adultos un puro sentimentalismo. Otros consideran aquel fervor -muerto ya- como la pérdida irreparable de un bello tesoro y lo echan de menos.



El encuentro con Dios, como parte integrante de la vida, irá adaptándose a las disposiciones cambiantes de
la persona.  Como tratar con alguien es vivir, y vivir es adaptarse, el trato de amistad con Dios irá adaptán
dose con dinamismo y flexibilidad a cada persona y sus circunstancias, utilizando alternadamente los medios u obstáculos, entusiamo o aridez, inteligencia o imaginación, la devoción o la fe árida, originando formas nuevas y modalidades inesperadas en cada alma.

El "trato de amistad" puede tener diferentes características:

"Según los temperamentos hasta según los diversos momentos será triste o gozoso, tierno o insensible, silencioso o expansivo, activo o impotente, oración vocal o recogimiento apacible, meditación o simplemente mirada, oración afectiva o impotencia solorosa, elevación de espíritu u opresión de angustia, entusiasmo sublime en medio de la luz o suave abatimiento en la humildad profunda." (P. fray Eugenio del Niño Jesús, ocd)

Ignacio Larrañaga

1 comentario:

  1. Se ha realizado un manifiesto para defender la libertad religiosa: Por un crucifijo en tu blog.
    Puede unirse en http://ponuncrucifijo.blogspot.com/

    Un saludo.

    Andrés Marín de Pedro

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